La pasión en el ser humano
equivale a lo que el combustible es para un automóvil. Puede tener un diseño
atractivo, un motor superpoderoso, tener todo el acondicionamiento para
brindar un viaje seguro y placentero al pasajero, pero si no tiene combustible
no llega a ningún lado.
Quiero compartir con ustedes las reflexiones de la
conferencia que dicté en la UNES –Universidad
Experimental de la seguridad-, donde hablé de
la importancia que tiene la pasión en lo que hacemos.
La pasión es lo que nos recuerda que estamos vivos. Es
esa fuerza, esas ganas, ese brillo en los ojos, esa sonrisa colgada en la boca
y en el alma que le da sentido a nuestra existencia y que nos motiva a vivir sin
miedo, a amar lo que hacemos, a hacerlo
con mística para luego ofrecérselo a los demás en forma de servicio o de ayuda.
Pasión no es sólo hacer las cosas bien, para mí es más que eso, es hacer lo que
me gusta y que le pueda servir a otros. Si estas dos cosas están presentes primero
entonces no hay duda de que el resultado es que se hará bien.
¿Cómo sabes si no has encontrado tu pasión?
-Cuando la principal y/o única motivación de tu
trabajo es el pago de tu salario o quincena.
-Cuando la hora de la salida es el momento más deseado
del día.
-Cuando no te divierte lo que haces y el aburrimiento
es el compañero de trabajo más fiel que tienes.
-Cuando no hay motivación por lo que haces, sólo lo
haces por obligación
-Cuando estás ahí porque “tienes q estar” y no porque “deseas
estar”
-Cuando si volvieras a nacer nunca volverías a trabajar
en lo que trabajas hoy.
-Cuando le dices a tus hijos que trabajen en otra cosa
menos que se dediquen a lo que tú haces.
Ahora, sabes que estás en pasión cuando:
-Si no tuvieras necesidad de ganar dinero, harías eso
mismo una y otra vez.
-El tiempo transcurre y no te das cuenta.
-Si volvieras a nacer escogerías el mismo oficio y la
misma a ocupación una y otra vez.
-Te brillan los ojos y se te despierta la creatividad frecuentemente.
-Sabes para qué y por qué que viniste a esta vida.
-Sientes que a través de eso que haces contribuyes a
que tu mundo sea un poco mejor que ayer.
Si bien es cierto que ser feliz es una decisión
personal, encontrar tu pasión es un trámite indispensable, por lo menos para
mí, para acercarnos a ese estado llamado felicidad. No está afuera. No la tiene nadie. Ni te la
quitó nadie. Está dentro de ti, dormida, esperando que la despiertes, a lo
mejor en tus recuerdos, quizás extraviada en tu infancia o en tus momentos de alegría ahora de adulto.
Eso sí, no cambies de empresa, ni de oficio hasta que
no la encuentres. Pensar que cambiando el lugar donde trabajas hallarás la
pasión es perder el tiempo. El problema de tu falta de pasión no la tiene la
empresa o el oficio al que te dedicas.
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