Enamorse e llusionarse: ¿Es lo mismo?

Lucia, la chica que muy amablemente  corrige mis textos de cualquier horror ortográfico y de redacción, no dijo nada. Se quedó mirándome como buscando entender algo que mi nuevo artículo no lograba.

Qué pasó? No te gusta? -le pregunté.

Ella, respetuosa como de costumbre, me dijo:

Luis, Enamorarse e ilusionarse no es la misma cosa?

Su pregunta terminó por darle mayor validez a este artículo que busca aclarar lo que muchas personas en mi consulta también confunden. Creen que estan enamorados cuando en realidad están ilusionados, y por esa confusión es que suceden las complicaciones a la hora relacionarnos.


Estás ilusionado cuando sin conocer a la persona ya quieres vivir con ella y morir con ella.
Estás enamorado cuando, después de conocer bien a esa persona, la eliges como compañera de vida.

Estás ilusionado cuando no puedes ver las diferencias que los separan.
Estás enamorado cuando aceptas las diferencias de ambos y le ponen límites para que no interfieran en la relación.

Estás ilusionado cuando juras que se amarán para toda la vida.
Estás enamorado cuando sabes que amar a alguien para toda la vida no lo garantiza nadie, y deciden amarse hoy esperando (en silencio) que sea para siempre.

Estás ilusionado cuando sientes que te enamoraste a primera vista, de un día para otro y de manera mágica.
Estás enamorado cuando sigues con la persona después de haberte decepcionado de la ilusión inicial. Y estás consciente que se requiere tiempo para que ese amor se siembre, se cultive y crezca.

Estás ilusionado cuando crees que el otro te completa.
Estás enamorado cuando sabes que nadie completa a nadie y que ambos pueden crecer juntos sin perder su individualidad.

Estás ilusionado cuando dices: "te amo" de una día para otro.
Estás enamorado cuando sabes que esa frase sólo se dice cuando la persona se la ha ganado con méritos y demostraciones.

Estás ilusionado cuando crees que la felicidad te la da la persona que está a tu lado.
Estás enamorado cuando estás claro que tu felicidad la consigues tú mismo y, una vez que la encuentras, la compartes y disfrutas con tu pareja.

Lucía volvió a leer el artículo un par de veces más. Su rostro dejó de mostrarme confusión y me devolvió algo parecido a la reflexión. Yo me di por satisfecho porque a fin de cuentas eso lo que busco con mis artículos.

Feliz vida.