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La pasión en lo que hacemos

29 ene 2013


La pasión en el ser humano equivale a lo que el combustible es para un automóvil. Puede tener un diseño atractivo, un motor superpoderoso, tener todo el acondicionamiento para brindar un viaje seguro y placentero al pasajero, pero si no tiene combustible no llega a ningún lado.

Quiero compartir con ustedes las reflexiones de la conferencia que dicté en  la UNES –Universidad Experimental de la seguridad-, donde hablé de  la importancia que tiene la pasión en lo que hacemos. 


La pasión es lo que nos recuerda que estamos vivos. Es esa fuerza, esas ganas, ese brillo en los ojos, esa sonrisa colgada en la boca y en el alma que le da sentido a nuestra existencia y que nos motiva a vivir sin miedo, a amar lo que  hacemos, a hacerlo con mística para luego ofrecérselo a los demás en forma de servicio o de ayuda. Pasión no es sólo hacer las cosas bien, para mí es más que eso, es hacer lo que me gusta y que le pueda servir a otros. Si estas dos cosas están presentes primero entonces no hay duda de que el resultado es que se  hará bien.


¿Cómo sabes si no has encontrado tu pasión?
-Cuando la principal y/o única motivación de tu trabajo es el pago de tu salario o quincena.
-Cuando la hora de la salida es el momento más deseado del día.
-Cuando no te divierte lo que haces y el aburrimiento es el compañero de trabajo más fiel que tienes.
-Cuando no hay motivación por lo que haces, sólo lo haces por obligación
-Cuando estás ahí porque “tienes q estar” y no porque “deseas estar”
-Cuando si volvieras a nacer nunca volverías a trabajar en lo que trabajas hoy.
-Cuando le dices a tus hijos que trabajen en otra cosa menos que se dediquen  a lo que tú haces.



Si te identificas con la mayoría de estas situaciones es importante que empieces a preguntarte dónde se halla tu pasión.

Ahora, sabes que estás en pasión cuando:
-Si no tuvieras necesidad de ganar dinero, harías eso mismo una y otra vez.
-El tiempo transcurre y no te das cuenta.
-Si volvieras a nacer escogerías el mismo oficio y la misma a ocupación una y otra vez.
-Te brillan los ojos y se te despierta la creatividad frecuentemente.
-Sabes para qué y por qué que viniste a esta vida.
-Sientes que a través de eso que haces contribuyes a que tu mundo sea un poco mejor que ayer.



Si bien es cierto que ser feliz es una decisión personal, encontrar tu pasión es un trámite indispensable, por lo menos para mí, para acercarnos a ese estado llamado felicidad.  No está afuera. No la tiene nadie. Ni te la quitó nadie. Está dentro de ti, dormida, esperando que la despiertes, a lo mejor en tus recuerdos, quizás extraviada en tu infancia o en tus momentos de alegría ahora de adulto.

Eso sí, no cambies de empresa, ni de oficio hasta que no la encuentres. Pensar que cambiando el lugar donde trabajas hallarás la pasión es perder el tiempo. El problema de tu falta de pasión no la tiene la empresa o el oficio al que te dedicas. 


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