TRISTE O DEPRIMIDO. ¿Cuál es la diferencia?

Estar triste no es lo mismo que estar deprimido. Si bien es cierto que la tristeza (si no se atiende) puede conducir a un estado depresivo nunca puede ser considerada como un sinónimo de depresión.

La tristeza es una emoción, un sentimiento normal que aparece en la cotidianidad de nuestra vida.
La depresión es una enfermedad que puede generarse por:

1) Algún suceso externo que sobrepase nuestra capacidad de manejarlo.

2) Factores genéticos.

3) Desórdenes bioquímicos (neurotransmisores) que pueden ocurrir en el cerebro.

A continuación comparto con ustedes algunas conclusiones que, en mi experiencia personal y profesional, he encontrado:

La tristeza es pasajera, es de corta duración.
La depresión tiene un tiempo de duración más largo y dicha duración dependerá del tipo de depresión.

La tristeza no interfiere en el desenvolvimiento de la rutina diaria. La persona funciona perfectamente aunque esté triste y no sienta deseos de sonreír.
La depresión puede comprometer el entusiasmo, la alegría, y hasta las ganas de hacer cosas básicas como ducharse, asearse, vestirse, etc.

La tristeza es como un día gris, oscuro, donde aunque en ese momento no se vea una salida, se está consciente que mañana si la verá.

La depresión es estar en un hueco inmenso, profundo, donde la sensación de estar atrapado es tan fuerte que resulta imposible creer que existe salida o solución alguna.

La tristeza no quita las ganas de vivir.
La depresión puede sugerir, varias veces al día,  la idea del suicidio como solución al problema.

La tristeza se consuela, se entiende, se analiza y hasta puede cambiar la vida para bien.
La depresión, por ser una enfermedad, necesita tratamiento, supervisión médica cercana y una evaluación de los avances hasta lograr reincorporar a la persona en su cotidianidad.

La tristeza si no atiende y se reprime se convierte en el tiempo en una fuerte depresión.
La depresión si no se atiende debidamente pudiera tener un desenlace fatal.

Feliz vida.