Naciste completo y perfecto (aunque tengas mil razones para creer lo contrario). Naciste en la familia adecuada (aunque estés peleado con ellos). Tienes el sexo y el cuerpo indicado (aunque prefieras tener otro). Estás en el país, la ciudad y en la época perfecta (aunque jures que en otro lugar tu vida sería mejor). Tienes la salud y las relaciones perfectas (aunque en este momento te encuentres solo o tengas algún quebranto de salud).
En vez de pelear tanto por querer ser otra persona distinta a la que eres, por no estar en el lugar donde quisieras estar o por no tener todo lo que deseas tener, te invito que pruebes a quitar ese obstáculo (LA CREENCIA) que tú mismo has colocado consciente o inconscientemente: Cambia el significado que le has dado a la cosas que te rodean y verás. Es precisamente el significado que le damos a las cosas lo que nos hace felices o infelices.
Te regalo un ejemplo: Una paciente mía había creído por muchos años que no tenía suerte con los hombres. “¿En qué te basas para decir eso?” Le pregunté y ella muy segura me dijo: “No he tenido una pareja duradera que me quiera como yo quiero y que me haga feliz. Todos al final terminan abandonándome.
-¿Por qué crees que los hombres que has tenido no te duran?
-Porque todos los hombres son iguales, no sirven, ninguno quiere compromisos.
-¿En qué te basas para hacer tal afirmación?
-Sin pensarlo me dijo: Mi madre siempre lo ha dicho eso después que mi papá que se divorció de ella hace años. Mi abuela también dice lo mismo, y en general, la mayoría de las mujeres de mi familia tampoco han tenido suerte con los hombres.
-Dime algo: ¿Cada vez que has iniciado una relación temes que tarde o temprano ese hombre te deje, verdad?
-Sí, no lo niego. Es un miedo que siempre me ha acompañado.
- Y gracias a ese miedo ¿qué cosas terminas haciendo en tus relaciones?
-Pues no me entrego lo suficiente, no digo lo feliz que me hace esa relación porque tengo miedo a que se aprovechen y se vayan. La verdad es que soy muy desconfiada y solo espero estar segura para entregarme y justo cuando lo estoy es que me dejan.
Era evidente que el problema relacional de mi paciente era la creencia de que los hombres no quería compromiso y era precisamente ella (gracias a su miedo y a la creencia heredada de las mujeres de su familia) era la primera que evitaba iniciar cualquier compromiso (sin darse cuenta) al inhibirse de expresar todo lo que estaba sintiendo.
A partir de ese momento mi paciente y yo comenzamos un trabajo de liberación de creencias basado en poner en duda (cuestionar) dichas creencias. Si fuera cierto que todos los hombres no quieren compromisos no existirían parejas consolidadas y con bastante tiempo de relación. Así que empezamos a investigar cómo era su forma de relacionarse y qué cosas hacía (inconscientemente) para lograr que ninguna pareja quisiera quedarse con ella.
No estés triste porque la felicidad no te mire, solo empieza a quitar del medio esas creencias para que puedas verla de frente a los ojos y enamorarte sin remedio.
Feliz Vida.
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