Me confieso un eterno enamorado de esta pregunta. Siempre me ha parecido muy atractiva y de un buen tiempo para acá, además de atractiva se ha vuelto importante porque preguntas como ésta nos invitan a encontrarnos con el ser más importante que existe: nosotros mismos (cosa que no ocurre con frecuencia)
Cuando le realicé esa pregunta a Claudia en una de sus primeras sesiones de psicoterapia, ella, después de un corto pero muy intenso silencio y una sutil expresión de desconcierto, me respondió:
-…Vine a ser madre, a ser una gran profesional, a tener buena posición económica, a encargarme del negocio de mi familia. También vine a ser una buena esposa y a tener una bonita familia, etc.
Yo la escuché atentamente y permanecí en silencio sin decir nada. Ella se quedó mirándome y al no encontrar ninguna expresión en mi rostro me soltó:
-¿Está bien, no?
-El que esté bien para mí no es lo importante, Claudia. Lo importante es tú seas feliz con todo eso que has logrado.
-Bueno creo que sí. –me dijo después de pensarlo un poco.
-¿Crees? O sea, que no estás muy segura. –le pregunté muy a propósito para hacerla reflexionar.
- Tengo todo para ser feliz, Luis Andrés. Tengo tres hijos, un matrimonio, una familia bonita, no tengo problemas económicos porque soy dueña de mi empresa, tengo un título universitario, he sido una buena madre, una buena hija y una buena persona.
-¿Y cómo sabes que eres una buena madre, una buena hija, una buena persona? ¿Se lo has preguntado a tus padres? ¿Se lo has preguntado a tus hijos?
-En realidad no, pero se sobre entiende porque he hecho todo lo que por lógica una persona debe hacer en esta vida.
-Es decir, que según lo que me cuentas la lógica dice que para ser feliz hay que tener hijos, tener dinero, tener una familia y una empresa propia.
-Exactamente.
-Entiendo entonces que las personas que no tienen hijos, que no tienen un título universitario, que no tiene mucho dinero, que no tienen una empresa propia y todo eso que tú has hecho, ¿no son felices?
Después de un par de sesiones donde realizamos algunas dinámicas y ejercicios Claudia descubrió que muchas de las cosas que ella creía que la hacían feliz no eran de ella sino que pertenecían a su grupo familiar y social. Reconoció que no nació con la vocación de ser madre por eso el trabajo de criar a sus hijos se hizo cuesta arriba. El encargarse de la empresa de sus padres no le era tan satisfactorio porque tampoco había nacido con vocación de empresaria y que lo aceptó porque sus padres le dijeron que era mejor ser dueña de una empresa que empleada de otros porque así jamás la despedirían.
Gran parte de la insatisfacción e infelicidad que viven la mayoría de las personas es porque han invertido su tiempo y su esfuerzo en construir una vida donde nunca tomaron en cuenta su esencia, su voz interior, sus verdaderos deseos, sus pasiones, aquello que les hace brillar los ojos, saltar el corazón, aquello que los divierte y que podrían hacer el resto de sus días.
Feliz vida
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